lunes, 4 de mayo de 2009

Debaten objeción de conciencia a servicio militar


Opositores del proyecto de ley argumentan que debido a la coyuntura de guerra que tiene el país, el pie de fuerza no es suficiente para descartar un grupo de apoyo.

Un proyecto de ley que contempla el ejercicio del derecho a la objeción de conciencia al servicio militar obligatorio por razones políticas, religiosas, filosóficas, entre otras (ver recuadro), cursa en el Senado.

La iniciativa se abre paso después de varios intentos por desmontar el servicio militar obligatorio, al querer hacer prevalecer los derechos personales a la libre elección y personalidad.

Hay varios senadores de la Comisión Primera, donde se está dando el primer debate, que están en contra de la iniciativa.

Uno de los congresistas que tiene ponencia negativa del proyecto de ley es el senador Carlos Emiro Barriga Peñaranda, quien pronosticó que se hundiría en su primer debate.

El proyecto “no va tener mucha acogida en este momento por las condiciones que tiene el país hoy. El país tiene una situación muy compleja, muy difícil y requiere de un personal de apoyo, y con la sentencia que sacó el Consejo de Estado con más razón se requieren los muchachos”, dijo.

“En este caso le daríamos la opción al muchacho que va a prestar el servicio militar de que escoja hacer un servicio social, y lo que se necesita es gente en la parte administrativa y en las mismas bases, o lo que se requiera para que los soldados profesionales avancen”, explicó el congresista de Convergencia Ciudadana.

Según el legislador, “si una persona por objeción de conciencia está en la ley, por ser hijo único está en la ley; lo que pasa es que en este proyecto se está metiendo todo. Usted dice yo soy de un grupo político diferente, entonces por política, por elección, por etnia, por filosofía, por todo”.

Por otro lado, también habló con EL NUEVO SIGLO uno de los senadores que tiene ponencia positiva al proyecto, el congresista Jesús Piñacué.

“A la objeción se le debe reconocer como un instrumento importante. Pero no hacerlo es llevar a la gente a la guerra con el fin de que va a morir o sobrevivir o matar. Pero llevar colombianos obligados a un escenario de combate, de muerte, de confrontación, eso raya con cualquier sentido común. Hay factores políticos como este de tratar de imponer por la fuerza el servicio militar obligatorio”, dijo el senador por la circunscripción especial indígena.

“Además, otro de los argumentos que nosotros tenemos es que quienes están siendo obligados son las gentes que están en la ruralidad, que tienen dificultades económicas para poder ir, mientras hay colombianos con cierto renombre, con ciertas posibilidades económicas y no lo hacen. Entonces la orden de obligatorio se cae”, dijo Piñacué.

El general en retiro de la Policía Nacional Luis Ernesto Gilibert también habló con este Diario sobre la iniciativa.

“Lo que sucede es lo siguiente, la capacidad que tiene el país, la capacidad que tiene el Ejército de enfrentar la subversión, con los soldados profesionales únicamente no es suficiente para manejar la situación y el problema, de manera que habrá necesidad de mantener a los soldados que están prestando el servicio militar frente a la situación de conflicto que se vive en el país”, dijo el oficial.


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