domingo, 17 de mayo de 2009

Nueva generación de reformas pensionales


El tema de las pensiones es quizá unos de los más trascendentales para la economía no sólo por su relación directa con la protección social y el bienestar de una fracción cada vez mas creciente de la población, sino, además, porque está íntimamente ligado a otros aspectos sustantivos para el desarrollo como las fuentes de ahorro nacional, los requerimientos tributarios y las consecuencias distributivas. La fundación Agenda Colombia una vez más ha hecho un valioso aporte a los grandes debates nacionales mediante la realización del seminario “Nueva generación de reformas a los sistemas de pensiones en América Latina”, con el auspicio del BID. En él participaron destacados expertos mundiales en el tema y se analizaron la experiencia colombiana junto con latinoamericanas y europeas. Lo ocurrido en Colombia en el marco de las reformas estructurales del “consenso de Washington”, en que la rentabilidad del ahorro de los pensionados no creció en términos reales en los tres últimos años, es ilustrativo de las agrandes frustraciones que han dejado las reformas así como de la importancia del debate.

En términos de cobertura los objetivos planteados para los fondos privados de pensiones están muy lejos de alcanzarse; menos aún todos aquellos fines que fueron pregonados para implantar las reformas a la seguridad social y en particular al régimen de pensiones, tales como el desarrollo del mercados de capitales, el fomento al ahorro nacional y la reducción del déficit fiscal. En Colombia algunos analistas insisten en asignarle estas virtudes al régimen de ahorro individual, desconociendo que el predicado gran desarrollo del mercado de capitales es un mito, pues en él el predominio de los títulos de deuda pública es ostensible, como lo es la participación de estos títulos en el portafolio de los fondos de pensiones. Ello revela otra gran falacia pues dichos fondos tampoco contribuyeron a ahorrar recursos públicos puesto que los recursos de afiliación simplemente dan una vuelta para engrosar las arcas de los propietarios de las Administradoras de Fondos de Pensiones. Dada la alta dependencia de intereses de la deuda pública en la rentabilidad de la operación de dichos fondos estos finalmente afectan el equilibrio fiscal. Como reconoció con franqueza Mario Marcel, dichos objetivos endilgados a los fondos de pensiones no se cumplieron. Un régimen de capitalización individual sólo aumenta el ahorro si efectivamente el gasto estatal se reduce y ello solo ocurrió en Chile.

La realidad de América Latina en materia de seguridad social y en sus potencialidades de un Estado de bienestar es muy heterogénea como mostró Andras Uthoff. Aspectos demográficos y realidades estructurales como el grado de desarrollo del mercado de trabajo y su base y carga tributaria, además de la amplia informalidad, son decisivos en el potencial de un sistema contributivo, según este autor. El desconocimiento del peso de factores estructurales y el trasplante del sistema chileno ha contribuido al fracaso de estas reformas de primera generación en muchos países. Entre los aspectos demográficos se encuentran la reducción de la tasa de fecundidad y de mortalidad, la proporción de inactivos y activos, la de ocupados y desocupados y la situación de informalidad y formalidad para determinar el real grado de dependencia de las pensiones de la formalidad. Al respecto Colombia no está muy bien situada; la relación de aportantes a la seguridad social respecto a la población económicamente activa -PEA-es de 17,3%, casi una cuarta parte de la existente en Chile en 2008 (62,2%), y la relación de afiliados que efectivamente aportan apenas llega al 44%, revelando una muy elevada dependencia del sistema de estos aportantes. La situación de Colombia, es clasificada como de brecha moderada entre necesidades y posibilidades potenciales de protección social por Athaff; esto es, situaciones en las cuales “la informalidad y las familias comienzan a compartir la provisión de bienestar con el mercado y el Estado, en algunos casos con rentas de empresas estatales”. El grado de dicha brecha: severa, moderada o desvaneciente, hace referencia a los requerimientos fiscales para llenar estos vacíos.

La reciente reforma a la seguridad social chilena fue abordada en este seminario por Mario Marcel así como por Uthoff, participantes de primera línea en dicha reforma, el primero como presidente del Consejo Presidencial Asesor para la Reforma Previsional, y el segundo como miembro de la misma. Esta reforma surgió del diálogo social propuesto por la presidenta Bachelet en el marco del cual se discutió con gran amplitud y diversidad interdisciplinaria y política por la ciudadanía. El resultado de ésta fue mantener la lógica del ahorro individual, complementándola con un pilar solidario básico con aporte fiscal de impuestos generales. Un principio rector de la reforma fue la búsqueda de la equidad y para ello creó una pensión básica solidaria no contributiva para el 40% mas pobre (que se elevará al 60%) y un aporte previsional solidario complementario de la pensión contributiva para quienes no alcanzan una pensión mínima. Igualmente su diseño contempló consideraciones de equidad de género.

¿Cuán lejos se encuentra Colombia del caso chileno en materia de seguridad social? Si bien su brecha entre necesidades y recurso fiscales es moderada, en los términos de Uthoff, su distancia frente a Chile es abismal respecto a las posibilidades de diálogo social y de que la reforma que se adopte refleje preferencias distributivas hacia la mayor equidad social. De prolongarse el actual gobierno ilegítimo, cuyo lema frente al capital financiero parece ser el de “sus deseos son órdenes”, a juzgar por la presteza con que el presidente acoge las sugerencias del principal banquero del país, como la de declarar la Emergencia Judicial para acabar con el paro del sector o el eco dado a la propuesta de transformar el impuesto de guerra por uno general al patrimonio. Esperar una reforma pensional mediante un gran diálogo nacional, que responda a las necesidades sociales resulta fantasioso pues, dados los antecedentes, los intereses del capital financiero prevalecerán sobre los de la mayoría de los colombianos.


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